Indice
LAS
ACTITUDES
Todo
el mundo posee una serie de actitudes que son las encargadas
de dirigir y controlar sus tendencias a reaccionar positiva
o negativamente ante personas, cosas y situaciones.
Así pues,
una actitud psicosocial podría definirse como una predisposición
permanente que tienen las personas a reaccionar en un
determinado sentido, independientemente de cual sea
la situación. En términos generales, la actitud psicosocial
hace reaccionar en pro o en contra de un elemento cualquiera
del exterior.
Existen
objetos hacia los que las personas no forman ninguna
actitud. Podríamos decir que permanecen indiferentes
ante ellos, no los afectan.
Naturalmente,
estos objetos o ideas son diferentes para cada persona.
FORMACION
Y DIMENSIONES
Las actitudes
se forman en el proceso de satisfacción de las necesidades,
por lo que el aprendizaje tiene una importancia fundamental
en la génesis de las mismas.
De esta
manera, las actitudes, una vez expresadas, pueden ser
fortalecidas por el reforzamiento positivo y debilitadas
por el reforzamiento negativo.
Una actitud
puede satisfacer varios fines, y a su vez, diferentes
impulsos pueden producir la misma actitud.
Decíamos
al principio del tema que las actitudes son las predisposiciones
del individuo a valorar ciertos símbolos, objetos o
aspectos de su mundo de un modo favorable o desfavorable.
Cuando
se expresa verbalmente una actitud, decimos que eso
es la opinión que una determinada persona tiene sobre
un determinado tema.
Sin embargo,
las actitudes pueden expresarse a través de conductas
no verbales y además, pueden darse contradicciones entre
hechos y palabras, de tal forma que una persona puede
defender determinadas posiciones frente a un objeto
con la palabra, pero, sin embargo, actuar en otra dirección
mediante su conducta.
Los gestos,
las expresiones faciales, la postura, el tono de la
voz, etc., pueden expresar actitudes que muchas veces
se contradicen lo que se manifiesta verbalmente.
Las actitudes
están formadas por conocimientos (los elementos que
describen el objeto de la actitud, sus características
y sus relaciones con otros objetos), sentimientos (agrado
o desagrado con una fuerte carga afectiva) y tendencias
reactivas (inclinación a actuar de manera determinada).
Cada uno de estos tres elementos pueden variar en función
de una serie de dimensiones distintas:
-Dirección:
Es la que indica si una persona da su apoyo a un determinado
modo de actuar, si le agrada o desagrada una persona,
una cosa o una idea determinada.
-Intensidad:
La intensidad hace referencia a la fuerza del componente
afectivo, al grado de sentimiento de las personas a
favor o en contra de otras personas, objetos o ideas.
-Grado:
Esta dimensión designa la posición tomada en el contínuo
de una actitud (muy favorable, ligeramente favorable,
etc.)
El grado
y la intensidad no son lo mismo. En este sentido es
muy conveniente tener en cuenta, por todas aquellas
personas que quieren influir en un cambio de actitudes,
que la información es fundamental para que las actitudes
no se aparten de los hechos.
-Prominencia:
Esta cuarta dimensión tiene que ver con la importancia
general de una actitud, comparándola, pues con el resto
de las actitudes y opiniones de donde proviene. Así,
puede tener un peso específico grande o pequeño en la
constelación de las actitudes de un individuo.
-Estructura
de acción: Como su nombre sugiere, trata de la relación
de la actitud con la acción o conducta manifiesta.
Muchas
de las actitudes que poseen las personas pueden ser
consideradas como normas sociales: son productos de
fuerzas sociales.
Los grupos
a los que las personas están relacionadas o en los que
desean pertenecer, van a forjar un cierto grado de uniformidad
entre sus miembros. Tenderán a controlar actitudes que
pueden quedar comprendidas dentro de una gama más o
menos amplia.
De esta
forma es posible encontrar actitudes comunes entre los
miembros de un grupo de trabajo, o cualquier otro grupo
con algo en común entre ellos.
CONOCIMIENTO
Y MEDIDA DE LAS ACTITUDES
Existen
varios sistemas para conocer y medir las actitudes.
La forma
más elemental y sencilla es la pura y simple observacion
del comportamiento. En ocasiones puede ser suficiente,
pero no siempre lo es. Sobre todo cuando las personas
no tienen ocasión de poder emitir opiniones o ejecutar
acciones que las pongan de manifiesto.
La segunda
manera de medir las actitudes es realizar un cuestionario
para que el individuo lo responda y así conformar una
escala de actitudes. Con ello se obtiene
un perfil determinado que permite inferir una serie
de afirmaciones acerca de las actitudes en cuestión.
Existen diversas técnicas para construir estas escalas
y lograr la máxima fiabilidad y validez.
Un tercer
método para conocer las actitudes del individuo hacia
determinados temas es el de la entrevista
tanto dirigida como no dirigida.
En las
entrevistas se pueden emplear preguntas de alternativa
fija, o bien preguntas de respuesta abierta. Cada uno
de estos métodos posee ventajas y desventajas y serán
las necesidades del estudio las que determinen la elección
de uno u otro tipo, o la utilización simultánea de ambos
sistemas de entrevistas.
CAMBIO
DE ACTITUDES
Las actitudes
pueden cambiar de dos maneras:
· Incongruentemente
· Congruentemente
¿Cuándo
se puede decir que se da una y cuándo otra?
Se da
un cambio de actitud incongruente cuando aparece una
variación en la dirección, que puede ir de positiva
a negativa y viceversa, o cuando se da una disminución
en la intensidad inicial, independientemente de cuál
sea la valencia o dirección.
Y se
dará un cambio de actitud congruente cuando la variación
implica un incremento en la negatividad de una actitud
que era ya negativa, o en la posibilidad de una actitud
que era ya positiva.
De los
estudios realizados hasta ahora, pueden aventurarse
dos hipótesis:
1-
En igualdad de circunstancias, es más fácil lograr
una variación congruente que incongruente.
2-
Las variaciones congruentes son más fácil de conseguir
cuanto mayores sean la coexistencia, la consonancia
y la centralización de los valores a variar.
CARACTERISTICAS PRINCIPALES
DE LAS ACTITUDES EN FUNCION DE LA IMPORTANCIA PARA EL
CAMBIO
David
Krech considera que son siete:
1-
Extremismo: Cuando más extrema es una actitud,
resulta más difícil cambiarla. Esto es debido a que
existe una asociación muy fuerte, con un grado alto
de intensidad y confianza, que hacen que cueste más
trabajo efectuar cualquier variación.
2-
Multiplicidad: Cuanto menos compleja es una
actitud, más fácil es que se dé un cambio incongruente.
Paralelamente, se podría afirmar que con las actitudes
muy complejas son más fáciles de lograr cambios congruentes.
3-
Consistencia: Los sistemas de actitudes consistentes
son más estables que los no consistentes. Estos últimos
son más fácilmente variables en un cambio congruente.
4-
Interconexión: Si una actitud mantiene vínculos
con otras, es más resistente a un cambio incongruente
que si se halla aislada, ya que se da un refuerzo
de todas ellas.
5-
Consonancia de la constelación de actitudes:
Las actitudes que son consonantes con otras, son más
fáciles de cambiar en una dirección congruente que
las actitudes que mantienen una relación disonante
con las otras.
6-
Intensidad y número de necesidades satisfechas:
Aquellas actitudes que se basan en necesidades intensas
y múltiples son, relativamente inmunes a un cambio
incongruente.
7-
Centralización de los valores vinculados: Una
actitud que tiene su origen en algo fundamental para
una persona y que se halla intensamente arraigado
en su cultura, será difícilmente movilizable en una
dirección incongruente y más fácilmente lo será en
una dirección congruente. De acuerdo con Milton Rosenberg,
todos los esfuerzos que se realizan encaminados a
cambiar las actitudes pueden dirigirse sobre todo
al componente de creencias o al componente sentimental
y afectivo.
LOS MEDIOS DE COMUNICACION
Y EL CAMBIO DE ACTITUDES
De acuerdo
con investigaciones realizadas en este campo, parece
confirmarse la hipótesis de que los medios de comunicación
masiva suelen actuar como refuerzo de las actitudes
que el gran público, al que se dirigen, tenía antes
de emitir los mensajes. Esto es, tienden a realizar
cambios de actitudes congruentes. Como consecuencia
de ello, los cambios de actitud incongruentes son más
difíciles de lograr y necesitan de un "ambiente"
muy específico.
Los cambios
que se consiguen tienden a modificar las actitudes en
un sentido congruente o incongruente, pero rara vez
llegan a modificarla totalmente. Esto es, no se suele
dar una conversión.
No obstante
lo anterior, estas investigaciones han demostrado que
los medios de comunicación de masas sí son muy eficaces
para crear actitudes en temas en los que la población
aún no tenía formadas ningún tipo de actitud.
FACTORES QUE MEDIATIZAN
LA COMUNICACION Y EL CAMBIO DE ACTITUDES
Cuatro
son los factores que mediatizan el efecto de la comunicación,
modificándola:
1-
Exposición selectiva: Siempre que el individuo
pueda elegir, se expondrá a aquellos medios de comunicación
que coinciden con sus intereses y actitudes, evitando
las comunicaciones y los mensajes que están en desacuerdo
con éstos. Es decir se expone a la comunicación de
un modo selectivo.
2-
Retención selectiva: Algo similar sucede con
los recuerdos de una comunicación. El individuo retiene
más fácilmente aquéllos temas que le agradan y le
interesan mejor que aquellos otros por los que no
tiene simpatía.
3-
Interpretación selectiva: Con éste termino
queremos referirnos al proceso psicológico mediante
el cual la gente tiende a malinterpretar aquellos
mensajes que le resultan antipáticos, de manera que
se conviertan en afirmaciones a sus propios puntos
de vista y actitudes.
4-
Líderes de opinión: Son personas que tienden
a influir, con más fuerza aún que los medios de comunicaciones
de masas, en pequeños grupos (normalmente entre dos
y seis personas), cuyos componentes son parecidos
a ellos mismos. Este liderazgo se extenderá a uno
o muy pocos temas y no suelen tener peso en lo que
se refiere a otros distintos.
En la
introducción de un producto o una idea las influencias
de los lideres de opinión pueden ser decisivas. Si se
consigue entusiasmarles con lo que ofrecemos, la difusión
de éstos podrá ser rápida y automática.
LA INFLUENCIA
PERSONAL EN EL CAMBIO
Está
universalmente aceptado que la influencia y la comunicación
personal son más eficaces que los medios de comunicación
de masas para lograr un cambio de actitudes.
Lógicamente,
el costo y el tiempo necesario para llegar a todos los
núcleos de población será muy alto y por esta razón,
no queda más remedio que acudir a la publicidad.
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