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LA PROGRAMACION EN EL DIRIGENTE
Un dirigente
es uno de los eslabones que mueven la maquinaria de
una Organización. Debe darse cuenta de ello y acoplarse
a los demás dirigente, procurando unir los esfuerzos
de todos hacia un único fin. ¡Cuantas veces hemos pensado:
"Aquí el único que trabaja soy yo. Los demás dirigentes
no hacen casi nada"!. Un eslabón aislado no es
capaz de hacer mover una máquina.
Para
que un dirigente sepa programarse perfectamente es preciso
que empiece por analizarse a sí mismo. De la misma forma
que un dirigente inmerso en problemas agotadores necesita
todos los días de unos cinco minutos de relajación,
es necesario que analice cada día, que reflexione un
poco, sobre su trabajo y comportamiento. Los dirigente
juegan un papel importante dentro de la Organización.
El futuro de ésta depende del trabajo y la programación
que se realice dentro de ella.
En primer
lugar hay que comenzar analizando el lenguaje y las
expresiones que empleamos, pues éstas pueden haberse
quedado vinculadas. La maquina del tiempo avanza a una
velocidad tan vertiginosa que apenas nos damos cuenta
de las cosas que nos rodean. "La imagen personal
representa una parte de la imagen de la Organización".
No olvidemos nunca este punto. Tiene más importancia
de la que creemos.
Un buen
dirigente debe saber rodearse de colaboradores eficientes.
Esto que parece sencillo, no lo es tanto. Pero hay que
saber tratar a cada uno de ellos. Por ejemplo, es conveniente
que el dirigente informe individualmente y por separado
y de ésta forma se evitarán discusiones que, en la mayoría
de los casos, no conducen a nada. Colaborar es "sinónimo"
de estimular. Son dos palabras que deberían ir siempre
unidas. El jefe debe estimular constantemente a sus
colaboradores para que presenten nuevos métodos e ideas,
e introduzcan sus propias variantes.
La función
que desarrolla un dirigente puede ser aprendida y enseñada.
Hay personas que opinan que la función del dirigente
dentro de la Organización no se puede aprender. Según
ellos, se es o no se es. Pensamos que una persona que
reúna ciertas cualidades de tipo intelectual, físico,
comercial, moral,...puede llegar a ser un buen dirigente.
Estas cualidades las puede haber adquirido durante toda
su vida profesional.
Cualquier
persona que se considere un dirigente, sea la profesión
que sea, debe tener bien claras y definidas sus funciones
a desempeñar, que muy bien podrían resumirse en:
1-
Meditar, puntualizar y establecer los objetivos primordiales
de la Organización.
2-
Realizar las planificaciones oportunas, tanto a medio
como a largo plazo, para conseguir el logro de los
objetivos ya establecidos.
3-
Debido a que formamos parte de una sociedad que está,
cambiando continuamente, deberá adaptar y si es preciso
cambiar, los esquemas de la Organización a los objetivos.
4-
Controlar la mejor manera de llegar a alcanzar los
objetivos, mediante "filtros automáticos"
establecidos estratégicamente.
5-
Saber rodearse de un equipo de colaboradores eficientes
que le ayuden a llegar a los objetivos bases, previa
la consecución de los objetivos parciales. "Varios
granos pueden constituir una montaña".
Analicemos,
a continuación, un importante tema: cómo debe distribuir
su tiempo un buen dirigente.
El tiempo
es uno de los tesoros más valiosos y por lo tanto, deberá
procurar buscar una distribución que le ayude a ganar
más efectividad. "El éxito del aprovechamiento
personal del tiempo estriba en el reconocimiento de
las propias limitaciones". Por mucho que nos empeñemos
el día tiene 24 horas. Pero ¿las aprovechamos como deberíamos?.
Si un dirigente pretende leerse todos los informes de
la Organización, ni con 24 horas al día tendría suficiente.
Tiene que saber delegar y confiar en los demás niveles
directivos, con lo cual dispondrá de más ratos que le
permitirán preparar decisiones más trascendentales.
Diga
a todos los que deseen hablar con usted el tiempo que
estará a su disposición y no permita que nadie le robe
su tiempo en cuestiones inútiles. Procure tener siempre
alguna hora de reserva para los acontecimientos imprevistos.
Siempre
podrá disponer de algunos minutos para tomar una decisión
importante sin que sus planes sufran alteraciones importantes.
La mala distribución del tiempo es una gran colaboradora
para que en la Organización se produzcan muchas horas
vacías.
El saber
programarse y organizarse es primordial para poder obtener
la mayor rentabilidad posible del tiempo, en su propio
beneficio. Si pensamos en la programación como sinónimo
de ordenación, tenemos las ideas claras para poder alcanzar
el éxito. El gran peligro de la ordenación o programación
son las excepciones que vamos introduciendo, de manera
improvisada o sin darnos cuenta, en esa programación.
Si con
cierta frecuencia introducimos modificaciones en nuestra
ordenación, por ejemplo de nuestro tiempo, cada vez
creeremos menos en ella y entonces, las personas que
nos rodean se sentirán totalmente inseguras y desamparadas.
La programación que fijemos ha de ser estable y flexible.
Para
que un dirigente lleve a cabo una planificación bien
definida, lo primero que tendrá que realizar es examinar
con detenimiento todas las peculiaridades y necesidades
de su Organización. La planificación o programación
no significa inmovilidad, ya que los dirigentes deben
reservarse un cierto margen de decisión y deben prepararse
de acuerdo con un plan escalonado, caminando de la programación
general de los sectores o áreas a la programación de
detalle.
Planifiquemos
y realicemos una buena programación, pero que no sea
ésta nuestra única misión. Hay otras, también muy importantes.
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